La ganadería de toros de lidia de Alicia Chico recorre esta cañada dos veces al año
El gobierno de Castilla-La Mancha impulsa un proyecto para reparar la Cañada Real Conquense. Se trata de un proyecto europeo llamado ‘LIFE Cañadas’ en el que se van a invertir más de 301.000 euros. El plan estará coordinado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). La inversión en Castilla-La Mancha procede de dos vertientes. La primera procedente de la Unión Europea con un total de 180.903 euros. Los 120.601 euros restantes serán de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
El objetivo principal es mejorar las vías pecuarias que conectan los espacios de la Red Natura 2000. Estas cañadas reales realizan un papel importante para el medio ambiente y la biodiversidad, luchando contra el cambio climático. En estas vías de paso para transeúntes existe un rico patrimonio natural que está desapareciendo poco a poco. Garantizar su conservación es luchar por el medio ambiente, el cambio climático y el patrimonio del país.
La Cañada Real Conquense está entre una de las 10 principales de toda la península ibérica. Atraviesa tres comunidades autónomas Aragón, Castilla-La Mancha y Andalucía. Esta cañada cuenta con 532 kilómetros de longitud y pasa por las provincias de Teruel, Cuenca, Ciudad Real y Jaén. En este espacio existen dos grandes problemas que se quieren solucionar. Por un lado la escasez de agua para todo el ganado transeúnte y por otro las invasiones que está sufriendo la cañada por otros usos.
Esta cañada que se pretende restaurar es una de la más utilizada en toda la geografía española. Por ella pasan ganado bovino, de carne y de lidia, y ovino. Con el paso de la trashumancia se realiza el llamado ‘pastoreo’. Los animales comen todo aquello que produce la naturaleza. Esto hace que haya inexistencia de matorrales, limpieza del monte y suelos rejuvenecidos previniendo así los posibles incendios forestales.
Por la Cañada Real Conquense se realiza una de las trashumancias de ganado de lidia más larga de la península. Hablamos de la ganadería Alicia Chico ubicada en la Sierra de Albarracín en Teruel y que cada mes de noviembre realiza la bajada hasta La Carolina, Jaén. Con la llegada de la primavera, por el mes de mayo, efectúan el camino a la inversa. Una trashumancia de un mes de duración y con cambios de tiempo constantes.
La ganadería de Alicia Chico mantiene esta tradición que cuenta con siglos de historia. Desde la creación de la finca, las hembras de la casa junto a sus crías se trasladan hasta Jaén, donde el invierno se convierte en primavera. Allí evitan los fríos y las nieves que aparecen cada invierno en la sierra de Teruel. El trayecto lo realiza el mayoral, Tomás González, junto a cinco vaqueros. La manada cuenta con alrededor de 400 vacas en la bajada, mientras que en la subida en primavera este número se multiplica por el nacimiento de los becerros.
Confiesan los vaqueros que el camino de bajada se hace más llevadero. En el regreso a casa, los becerros recién nacidos son más lentos y les cuesta caminar tantos días seguidos. Durante los meses de trashumancia viven días de calor, lluvia, viento y nieve. Momentos que solo ellos saben lo que se sienten. Pese a los duros momentos vividos, siempre existen los bonitos, junto a la hoguera, contando anécdotas entre los presentes. Esta inversión que va a realizar la región de Castilla-La Mancha será una apuesta por las tradiciones, por el mantenimiento de la biodiversidad y para facilitarles los días a estos pastores transeúntes casi desaparecidos.
Vídeo realizado en el año 2020 en las trashumancias de la ganadería de Alicia Chico y Vallelindo: